Ángel Vázquez Molina

[1]​ A pesar de ser galardonado con el Premio Planeta 1962 por su novela Se enciende y se apaga una luz,[2]​[3]​ es considerado por parte de la crítica como un "escritor maldito".

[8]​ Trabajó en la oficina de un hebreo húngaro emigrado de Europa; pasó un tiempo como vendedor en la Librería des Colonnes (aún hoy abierta, en el Boulevard Pasteur de Tánger); colaboró en el diario España, que fue más tarde dirigido por Eduardo Haro Tecglen.

Jane Bowles lo estimó mucho, llamando a Vázquez "mon petit gènie rond".

Los problemas económicos y su adicción al alcohol le obligaron a abandonar su casa.

En 1962 recibió el Premio Planeta (después del cambio del primer fallo del jurado, que fue a favor de Concha Alós) por Se enciende y se apaga una luz, su primera obra publicada, donde es perceptible el influjo de Nada, de Carmen Laforet, a quien conoció en Tánger cuando su marido, Manuel Cerezales, fue nombrado director del diario España en 1957; fueron amigos y sintieron una admiración mutua.