Según José Pedro Díaz fue “el más importante precursor de Bécquer”.
Tradujo, como Eulogio Florentino Sanz y Augusto Ferrán, a Heinrich Heine, a quien admiró tanto como a Uhland, y experimentó la influencia de este y similar aprecio por la poesía popular andaluza.
También, como Bécquer, colaboró en La España Musical y Literaria y en especial en La América (1857-), donde colaboraban además Emilio Castelar, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado, Eulogio Florentino Sanz, Ventura Ruiz Aguilera y Ramón de Campoamor y otro amigo de Bécquer, Luis García Luna.
Su primera pieza escénica fue Magdalena (1855); siguió la zarzuela Mentir a tiempo con música de Manuel Fernández Caballero, la comedia Poderoso caballero con dinero y el drama Una historia del día.
También escribió trabajos históricos; por ejemplo, dentro de las conferencias del Ateneo La España del siglo XIX (1886), escribió Martínez de la Rosa.