Los cristianos, viendo la debilidad en la que se encontraba la ciudad, deciden comenzar la conquista sin la presencia del rey.
Una vez dado el permiso, se reúnen estos nobles almogáraves, entre los que se encontraba Álvaro Colodro y llegan a Córdoba la noche del 23 de diciembre de 1235 desde Andújar.
Esa noche, con ayuda de una escalera, comienzan a trepar vestidos con ropas árabes por las murallas de la ciudad, la más cercana a la población mozárabe, ya que apoyarían la causa.
El guerrero castellano ganó gran notoriedad, ya que se convirtió en la primera persona en entrar a la ciudad durante la conquista cristiana de Córdoba.
Además, se nombró a la puerta por la que habían entrado a la ciudad como la puerta del Colodro, destruida en 1882, pero cuyos restos se conservan y el nombre está muy presente en la sociedad cordobesa.