Se pueden distinguir cinco recintos amurallados: la Villa o Medina, la Ajerquía, el Castillo de la Judería, el Alcázar Viejo y la Huerta del Alcázar, estos tres últimos en el actual barrio de San Basilio.[1] Posteriormente, durante el gobierno del emperador Tiberio, se eliminó el lienzo sur para ampliar el área amurallada expandiendo la ciudad hacia el río y abriendo nuevas puertas de acceso a la ciudad.[2] Más tarde, como consecuencia del acercamiento cristiano, se construyó en la parte oriental de la ciudad una nueva muralla anexa a la existente con el objetivo de proteger las viviendas situadas extramuros.[2] Tras la conquista cristiana de la ciudad, se mantienen y restauraron las antiguas murallas.Del lienzo oeste se conservan unos 360 metros que transcurren a lo largo de la calle Cairuán.