El compuesto se encuentra naturalmente, incluyendo en aceites esenciales.
El ácido isovalérico tiene un fuerte olor a queso acre o a sudor, pero sus ésteres volátiles tienen aromas agradables y se usan ampliamente en perfumería.
[5] Un exceso de ácido isovalérico en el vino es generalmente visto como un defecto, ya que puede oler sudoroso, correoso o como un corral, pero en pequeñas cantidades puede oler a humo, picante o medicinal.
[5][4] Estos fenómenos se pueden prevenir matando cualquier levadura de Brettanomyces, por ejemplo mediante filtración estéril, mediante la adición de cantidades relativamente grandes de dióxido de azufre y, a veces, ácido sórbico, mezclando en alcohol para dar un vino fortificado con suficiente fuerza para matar todas las levaduras y bacterias, o por pasteurización.
El ácido isovalérico también se puede encontrar en la cerveza y, a excepción de algunas cervezas de estilo inglés, generalmente se considera un defecto.