En esta división tradicional tenemos a las Bryophyta sensu stricto (musgos), Hepatophyta (hepáticas) y Anthocerotophyta (antoceros),[1] los cuales crecen en climas fríos o muy húmedos.
Puede aparecer una cutícula que protege a las células de la evaporación, pero es muy fina, por lo cual los briófitos se desecan rápidamente.
[cita requerida] Tradicionalmente, todas las plantas terrestres vivas sin tejidos vasculares se clasificaron en un solo grupo taxonómico, a menudo una división (o filo).
Ya en 1879, el término Bryophyta fue utilizado por el briólogo alemán Wilhelm Schimper para describir un grupo que contenía los tres clados de briofitas (aunque en ese momento, los antoceros se consideraban parte de las hepáticas).
[8][9][3][10][11][12][13][14][15] Sin embargo, las filogenias basadas en secuencias mitocondriales no apoyan el punto de vista monofilético.
[16] Los tres clados de briofitas son Marchantiophyta (hepáticas), Bryophyta (musgos) y Anthocerotophyta (antocéros).
[3] En la actualidad existe una fuerte evidencia de que las hepáticas y los musgos pertenecen a un clado monofilético, llamado Setaphyta.
[8][9][12] En esta visión alternativa, la agrupación Setaphyta se mantiene, pero los antoceros en cambio son hermanos de las plantas vasculares.
Ciertamente, el gran desarrollo de su gametófito frente al esporófito evoca una posición filogenéticamente intermedia entre algas y pteridofitas.
Las más antiguas pteridofitas, las Psilofitales, probablemente tuvieron arquetipos comunes con las briófitas, pero de este escalón intermedio nada se sabe.
La toma del agua la realizan, bien directamente a través de las hojas, nunca por los rizoides, ya que estos sirven solamente para la fijación al sustrato.
Por todas estas razones, parece conveniente asignarles un nivel de organización a talofitas.
El aspecto del gametofito puede ser laminar o folioso, y en todos los casos las células corticales son las encargadas de la fotosíntesis.
En todas las briófitas los órganos sexuales suelen encontrarse en la terminación de ramas especiales, más o menos protegidas.
En la cara inferior son visibles los rizoides unicelulares y también escamas pluricelulares que se interpretan como anfigastros.
Los órganos sexuales se sitúan en la parte superior de ramas especiales, anteridióforos y arquegonióforos.
El anteridióforo consta de un pedúnculo alargado rematado por un disco ancho octolobulado donde se hallan embutidos en criptas los anteridios.
Tras la meiosis se forman numerosas meiotosporas y eláteres (células estériles del esporogonio) alargados.
Viven por todo el mundo y muchos de ellos son pioneros sobre sustratos rocosos donde la vida es muy desfavorable para los vegetales vasculares.
Los arquegonios, a veces protegidos por hojas especiales, presentan numerosas células en el canal del cuello.
A diferencia de las hepáticas y antocerotes, en los musgos no se forman eláteres disgregadores.