En general, la ayuda fue gratuita, aunque algunos equipos (como barcos) fueron devueltos tras el fin de la guerra.
[3][4] La rápida victoria de Alemania sobre Polonia en septiembre de 1939 le permitió a Roosevelt abrir una primera brecha en las leyes de neutralidad cuando consiguió que el Congreso aprobara la ley conocida como Cash and Carry, que permitía vender armas y otros bienes a los países envueltos en una guerra si éstos pagaban en efectivo (cash) y se encargaban ellos mismos de transportar lo comprado por sus propios medios asumiendo así todos los riesgos (carry).
El acuerdo había sido la respuesta a una petición del primer ministro británico Winston Churchill que necesitaba los destructores para defender las costas de Gran Bretaña ante la amenaza de invasión alemana y para escoltar los convoyes que abastecían a las islas británicas y que eran atacados por los submarinos alemanes cuando atravesaban el Atlántico.
En él se decía que la prioridad para Estados Unidos debía ser derrotar a Alemania incluso si estallaba la guerra con Japón en el Pacífico, ya que consideraba que Gran Bretaña no podría vencer a Alemania sin la presencia en Europa de las fuerzas estadounidenses y si Gran Bretaña era derrotada los Estados Unidos se verían seriamente amenazados pues nada se interpondría ya entre ellos y Alemania.
Así fue como surgió la idea del «préstamo y arriendo» (Lend-Lease), que había sido esbozada por primera vez en una reunión del gabinete celebrada el 8 de noviembre, un mes antes de que Churchill escribiera su carta.
«No podemos salvar nuestra propia piel cerrando los ojos al destino de otras naciones», añadió.
Y concluyó con una frase que tendría una enorme repercusión: «Debemos ser el gran arsenal de la democracia».
[19][15] En la cena anual con los corresponsales en la Casa Blanca celebrada cuatro días después Rossevelt dijo:[21]
En contraste con los préstamos a los Aliados en la Primera Guerra Mundial, no había disposiciones para el reembolso durante la posguerra.
Nikita Jrushchov, líder de la Unión Soviética entre 1953 y 1964, afirmó que sin la ayuda estadounidense la URSS no habría ganado la guerra:
Si Alemania derrotaba a la Unión Soviética, se cerraría el frente más importante de Europa.
Las entregas estadounidenses a la Unión Soviética se pueden dividir en las siguientes fases: La entrega se realizó a través de los convoyes árticos, el corredor persa y la ruta del Pacífico.
Esto constituyó alrededor del 23 % de la ayuda total a la URSS durante la guerra.
El Corredor Persa fue la ruta más larga y no estuvo en pleno funcionamiento hasta mediados de 1942.
No obstante, por esta vía pasaron 8.244.000 toneladas de mercancías, el 50 % del total.
Estados Unidos no proporcionó bombarderos pesados a la URSS cuando se les solicitó.
151 en la Operación Benedict, para proporcionar defensa aérea del puerto y entrenar a pilotos soviéticos.
[68] [69] Un número significativo de tanques británicos Churchill, Matilda y Valentine fueron enviados a la URSS.