«habitantes de la ciudad»)[1] fueron una clase social que emergió en Japón durante los primeros años del periodo Edo (1603-1867) y que llegó a ser un sector social próspero e influyente.Llamados así por residir en las ciudades (chō), los chōnin eran generalmente comerciantes, aunque también se incluía en la clase a profesionales y artesanos.No obstante la importancia que se les otorgaba en la teoría social, en la práctica eran severamente explotados.Su cultura se nutrió principalmente de la búsqueda del placer, de lo que era humano y divertido, haciendo hincapié en lo personal, inmediato y erótico, lo que conformó un ideal que llegó a conocerse como ukiyo, el «mundo flotante», el mundo de la elegancia y la diversión popular.Las grandes casas comerciales se regían por códigos de conducta tan estrictos como los aplicados a los samurái.Las historias, a menudo audaces y frecuentemente prohibidas, estaban protagonizadas por chōnin elegantes, buenos conocedores de los barrios de las geishas, o por las bellas geishas mismas.Ihara Saikaku (1641-1693), un comerciante de Osaka, fue la primera gran figura del género ukiyo-zōshi (relatos del ukiyo); Ejima Kiseki (1667-1736) fue otro escritor que, en la línea de Saikaku pero con mayor realismo y una dimensión crítica casi satírica, fue extraordinariamente popular.[7] El género dramático, que comenzó con juglares y bailarines ambulantes, evolucionó durante el periodo Edo hacia un importante teatro de marionetas, el ningyō jōruri y hacia el refinado teatro kabuki.