Este tipo de granadas son usadas para confundir, desorientar, o distraer una amenaza potencial.
Una granada aturdidora puede degradar seriamente la eficacia de combate del personal afectado, hasta por un minuto.
Cuando detona, el ensamblaje del cuerpo de la granada permanece intacta y no produce ninguna fragmentación.
El intenso calor generado por la detonación de la granada también puede encender materiales inflamables, como combustible o ciertas telas.
Los incendios que ocurrieron durante el sitio de la embajada iraní en Londres fueron causados por granadas aturdidoras.