J. E. B. Stuart

Su porte sureño y su imagen de caballero le dieron fama en la zona rebelde.

Su madre, Elizabeth Stuart, era conocida como una mujer estrictamente religiosa con un gran amor por la naturaleza.

En 1854 decidió entrar a la academia de West Point en Nueva York.

Pronto fue transferido y ascendido al Primer Regimiento de Caballería, recién formado.

En 1859, Stuart destacó al ser voluntariamente el ayuda de campo del general Robert E.

Fue protagonista en las primera y segunda batalla de Bull Run que, a pesar de resultar victoriosas para el Sur, no tuvieron grandes consecuencias, salvo para aumentar la moral confederada.

La batalla se solventó en empate, y supuso una vergüenza para la ya "no tan invencible" caballería confederada.

Stuart llegó tarde a la batalla de Gettysburg, durante el segundo día de la misma, pues se había destacado a realizar operaciones por los alrededores, por su cuenta.

Sus últimas palabras, susurradas, fueron: "I am resigned, God's will be done".

Combat protagonizando junto al soldado Jeb Stuart, un ficticio descendiente que siendo un espíritu fantasmal se apodera de un tanque de guerra para ayudar a su descendiente durante la Segunda Guerra Mundial, en las historias conocidas del Tanque Embrujado.

J. E. B. Stuart como general de caballería confederado.