Siendo niño fue enviado como rehén del clan Imagawa junto con Tokugawa Ieyasu.
Peleó en la batalla de Mikatagahara y en la batalla del Castillo Suwahara en el año siguiente y fue herido en las piernas lo que le ocasionó que desde ese momento tuviera dificultades para caminar.
Poco tiempo después, Ieyasu le brindó el Castillo Tanimura en la Provincia Kai.
La guardia del Castillo Fushimi era superada grandemente en número pero aún podían emprender la huida.
En un acto de lealtad hacia su señor Tokugawa Torii decidió permanecer con su ejército en el castillo para pelear hasta el final.
Torii aseguró: Al final, con el Castillo incendiándose a su alrededor, Torii ordenó a sus hombres hacer frente en la batalla una y otra vez hasta que solo quedaron diez hombres.