Plan de Chicago

Concluida la exposición, Burnham (que ya había trabajado en los planes urbanos de Washington D. C., Cleveland, San Francisco, y Manila y Baguio en las Filipinas) preparó unas ideas para mejorar el frente de la ciudad junto al lago.No obstante posteriormente se han hecho varias ediciones, la primera de ellas por Princeton Architectural Press en 1993 (ISBN 1878271415) El libro se distribuye en 8 capítulos y un anexo sobre los aspectos legales que implicaba el Plan, redactado por Walter L. Fisher, miembro del comité para el Plan del Commercial Club[2]​ El Plan de Burnham se centró en los cinco objetivos siguientes: El más importante de los objetivos del Plan era recuperar el frente del lago para los ciudadanos.Aun así, las agencias que construyeron y mejoraron las carreteras de la región en las décadas de 1910 y 1920, no parecen haberse guiado por las rutas concretas que recomendaba el Plan.El Plan se apoyó en los estudios técnicos redactados anteriormente por otros equipos, incluyendo un plan para reunir en un único grupo las redes de ferrocarril que competían entre sí, consiguiendo así una mayor eficacia en las operaciones de carga y descarga.El movimiento cívico para adquirir y preservar las áreas naturales que llegaron a ser las reservas de bosque del Condado de Cook, estaban ya en marcha cuando el Plan estaba preparándose.Redactado en 1908, el Plan de Burnham vio el automóvil como un vehículo recreativo que permitiría a los moradores de la ciudad visitar el campo; pero no preveía cómo transformaría y arrollaría a la ciudad misma.Persuadieron al alcalde[7]​ para que nombrase como asesor al coautor Edward H. Bennett, un licenciado de la École des Beaux-Arts, que aconsejó a las distintas agencias públicas que construyeran los proyectos recomendados por el Plan, utilizando un estilo de diseño con reminiscencias del París del siglo XIX.El Alcalde William Hale Thompson,[8]​ cuando fue elegido en 1915, utilizó los proyectos del Plan de Chicago para promover su imagen como impulsor del Chicago booster, y como una buena fuente de contratos públicos.Los dirigentes de la ciudad todavía se refieren con frecuencia frecuente a la visión que Burnham tenía para la ciudad, y a un aforismo humorístico que se le atribuye, su exhortación para "Make no little plans" (No hacer planes pequeños).
Plan de Chicago central
Vista del Centro Cívico propuesto