Trabajó en el legendario Lido de París, Francia, siendo primer figura del espectáculo después de haber actuado en Las Vegas durante cinco años junto a Dean Martín entre otros.
Luego de viajar en 1961 haciendo giras fuera del país, regresó a Argentina junto a su marido, el coreógrafo Éber Lobato, convirtiéndose en la virtual sucesora de Nélida Roca en la revista porteña encabezada por los teatros El Nacional y Maipo.
En 1977, protagonizó la obra teatral Chicago con Ámbar La Fox y adaptación de Enrique Pinti.
Ya aquejada por un cáncer incurable, en enero de 1982, debutó junto a Tato Bores en su último espectáculo: La mariposa en el Maipo.
En julio de 1980 se la vio haciéndose chequeos en el Sanatorio Güemes debido a unos cólicos renales en medio de la superatención dispensada al actor Luis Sandrini quien había fallecido en ese tiempo.