La isla del doctor Moreau

Prendick también conoce a un nativo grotesco y bestial llamado M'ling, que parece ser el siervo de Montgomery.

Montgomery le presenta al Doctor Moreau, un frío y preciso hombre que lleva a cabo investigaciones en la isla.

Viendo la puerta interior desbloqueada, entra en el recinto, donde encuentra una forma humanoide vendada sobre la mesa antes de ser echado por un conmocionado y enojado Moreau.

Un día, cuando él y Montgomery están paseando por la isla, ven a un conejo medio comido.

Avanzada la noche, Prendick oye un gran ajetreo fuera, mira y ve a Montgomery rodeado de bestias.

Tres días más tarde es recogido por un buque, pero cuando cuenta su historia la tripulación piensa que está loco.

Para evitar ser tenido por loco, finge no recordar nada del año que pasó entre el primer naufragio y su rescate final.

Por ello, se va a vivir en soledad, consagrándose al estudio de la química y la astronomía, lo que le permite hallar la paz en los cuerpos celestes.

Asimismo, dio cuenta de la ascendencia común: para Darwin varias especies relacionadas se remontan a un ancestro del que derivaron ramificándose.

En la novela se ve cómo el doctor Moreau pretende forzar ese proceso, dirigirlo artificialmente: su proyecto consiste en humanizar a los animales.

En él se observa la figura de un hombre que no lleva a cabo ninguna reflexión moral.

Lo único que le importa es avanzar en su proyecto de investigación y los medios necesarios para ello, aun siendo deleznables, se emplean sin escrúpulos ni miramientos.

Así lo expresa él: "Hasta ahora nunca me habían preocupado los aspectos éticos de la cuestión.

Wells se anticipó al futuro, pues estos planteamientos que vertebran todas sus obras llevarán a debates fundamentales en la ciencia y en la filosofía, tales como: la edición genética, la experimentación animal, el progreso, o las relaciones de poder y subordinación (extrapolables a la política).

Y este último es la expresión máxima del poder: él es quien enuncia la ley y la hace cumplir en base a su figura omnipotente (lo cual tiene nexos evidentes con el culto a las personalidades políticas que se sucedieron en Occidente durante la primera mitad del siglo XX).

Todo este esquema social está posiblemente inspirado en la teoría política del filósofo inglés Thomas Hobbes.

Los hombres (en este caso, los animales), se agreden y devoran unos a otros en el estado de naturaleza.

Para evitar la barbarie, surge entonces un mandatario todopoderoso o Leviatán (en este caso, el Dr. Moreau) que restringe sus impulsos primarios y los fuerza a vivir en sociedad.

La pregunta no es menor, ya que conocer la naturaleza humana es crucial para la organización de la propia vida.