La Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) (inglés: Belt and Road Initiative, BRI; chino: 一带一路) o abreviadamente La Franja y la Ruta (OBOR, sigla del inglés One Belt, One Road),[1] es una estrategia de desarrollo de infraestructura global y cooperación internacional impulsada por la República Popular China lanzada en 2013.
[4] El gobierno chino llama a la iniciativa "un intento de mejorar la conectividad regional y abrazar un futuro más brillante".
El Plan Marshall constituyó en su momento un proyecto clave para el desarrollo económico y político de Europa.
El OBOR podría reavivar antiguas tensiones que fueran el origen de las guerras entre Japón, Rusia y China en el siglo XIX.
Todos compiten para llegar a ser influyentes en la región y favorecer de este modo sus intereses energéticos e ideológicos.
En segundo lugar, el proyecto pretende llegar a América Latina, África y Oriente Medio mediante una ruta marítima, prácticamente controlada por el estado chino.
Aun así, esta segunda vía ha hecho renacer antiguas rivalidades entre estados asiáticos.
Por esta puerta han entrado el Reino Unido, Francia, Italia y Alemania, desafiando de este modo el casi monopolio norteamericano en el sector financiero internacional.
Los funcionarios de los Estados Unidos han articulado la estrategia en tres pilares: seguridad, economía y gobernanza.
La OMC fue constituida en 1994 para conseguir, mediante rondas de negociaciones multilaterales, eliminar o reducir progresivamente las barreras arancelarias y no arancelarias que obstruyen el comercio mundial, en una óptica de mercado del libre comercio.
La OMC está compuesta por 164 miembros[30], los cuales tienen que tomar las decisiones juntamente en la dirección ya mencionada.
Esta hace difícil lograr algún acuerdo, debido a intereses geopolíticos y económicos heterogéneos e incluso antagónicos, entre los estados.
No le hacen falta negociaciones multilaterales complejas, dado que posee un saco enorme de divisas," según informa el diario AHORA, y esto es una buena herramienta de convencimiento, hecho que trae a negociaciones directas entre países sin pasar por la OMC.
En este sentido, de acá que la China ha emergido como una potencia comercial ante la UE y los EE.UU., diferentes rivalidades han surgido, visibilizantes en el ámbito del comercio.
Estos están sirviendo como herramienta de rivalidad entre potencias que aspiran a establecer su propio poder blando.
[34] La CETA o Comprehensive Economic and Trade Agreement, en español Acuerdo Integral de Economía y Comercio, son las siglas con las cuales se conoce el acuerdo de comercio libre entre la Unión Europea y el Canadá, los cuales iniciaron las negociaciones en 2009 y las finalizaron al 2014, con modificaciones posteriores, derivadas a las polémicas suscitadas en Europa por la TTIP (ved más a continuación).
Aun así, la TTIP no es aceptada por todo el mundo visto, en primer lugar, el secretismo con que se han hecho las negociaciones, cosa que ha disgustado a la opinión pública europea y organizaciones no gubernamentales, entre otras.
Por ejemplo, la TIPP rebajaría ciertas exigencias para que productos transgénicos, entre otros, pudieran circular por el mercado europeo.
[37] Pekín está convencido que el desarrollo de su proyecto, es el mejor arma contra el terrorismo, la radicalización islámica y el separatismo.
Durante la llamada Revolución de los Paraguas, por ejemplo, el gobierno central chino censuró como pudo todos los enlaces relacionados con los manifiestos en Hong Kong por miedo a que se trasladaran al resto del país.