Hijo de la burguesía bretona, Georges Boulanger se gradúa en 1856 en la Escuela Militar Especial de Saint-Cyr y participa en diversas campañas militares del Segundo Imperio Francés (Cabilia-Italia).
En 1861 es destinado en la Expedición franco-española a Cochinchina donde es herido nuevamente en combate.
Tras regresar a Francia se casa con Lucie Renouard e ingresa como capitán instructor en la academia militar de Saint-Cyr en 1866.
Su fulgurante ascenso militar suscita suspicacias en el seno del Ejército por lo que se le retrograda al grado de teniente coronel.
Gracias a su amistad con Georges Clemenceau, Boulanger es nombrado ministro de Defensa en 1886.
Francia y Alemania están al borde de la guerra y los discursos incendiarios de Boulanger («Recordad que en Alsacia nos esperan») no ayudan a contemporizar la situación.
Boulanger y su movimiento aprovechan el descrédito de los políticos franceses para empezar a organizarse, suscitando una enorme adhesión popular y alcanzando rápidamente los votos necesarios para conseguir el acta de diputado.
El movimiento boulangista presenta candidatos por toda Francia, su programa es muy populista y sencillo aunando elementos de un Cesarismo autoritario con conservadurismo social, mejoras para la clase obrera, fin de la corrupción, rearme del ejército, etc.