Haydn concibió la idea de escribir un gran oratorio en su primer viaje a Inglaterra en 1791.Como no podía ser de otra manera, representó un éxito total mayor aún que los obtenidos en Inglaterra.Un año después se estrenó en París, Londres, Berlín y Praga, siempre con igual éxito.A Haendel ya le ofrecieron un texto similar para que le pusiera música (posiblemente ese texto fue la base sobre la que trabajó Van Swieten), pero finalmente rechazó la idea, no sabemos si fue por la magnitud del proyecto, por falta de aprecio hacia el libreto o si fue simplemente por razones de tiempo (lo más seguro debido a su frenética actividad y la cantidad de compromisos empresariales), lo cierto es que Haydn estaba destinado a acometer esta enorme empresa y su éxito no pudo ser mayor.Estilísticamente este oratorio se sitúa en una encrucijada entre el último estilo clasicista y el primer romanticismo, es clasicista por su luminosidad, racionalidad y equilibrio, pero es también romántico por su modernidad estructural y su armonía futurista (por momentos visionaria), pero sobre todo por su vocación universal que interpela a la humanidad en su conjunto en una nueva relación del ser humano con Dios, cercana y subjetiva, valores por los que el oratorio fue duramente atacado desde el estamento eclesiástico e incluso prohibido.Aún más lejos llegó con Armida, especialmente en el 3.ºActo, un claro anticipo del desarrollo temático continuo, una música que se anticipa a los métodos compositivos de la ópera alemana de Weber y Wagner.