Arthur C. Clarke
[2] En 1945, concluida la guerra, publicó su artículo técnico Extra-terrestrial Relays en la revista especializada Wireless World, en el cual sentó las bases de los satélites artificiales en órbita geoestacionaria (llamada, en su honor, órbita Clarke),[3] una de sus grandes contribuciones a la ciencia del siglo XX.En ese período estudió matemáticas y física en el prestigioso King's College de Londres, estudios que finalizó con honores.También ejerció varios años como presidente de la Sociedad Interplanetaria Británica (BIS), hecho que demuestra su gran afición por la astronáutica.[2][6] En 1953 Clarke conoció y se casó con Marilyn Mayfield, una divorciada de veintidós años con un niño pequeño.Este estilo solo se rompe para permitir cierto grado de fino humor elaborado.[13] En cuanto a sus temas, giran en torno a dos ideas fundamentales: optimismo por los beneficios del progreso científico (por lo que se destacaba en una época de cierto desaliento tras el lanzamiento de las bombas atómicas), y el encuentro con especies y culturas superiores (siempre en un tono muy paternalista).