Antonio de Herrera y Tordesillas

También destaca en su obra la traducción de diferentes obras del italiano o el latín al castellano, e incluso se atrevió a traducir su obra Descripción de las Indias Occidentales al neerlandés.

Sus conocimientos de latín se incrementaron a la vez que aprendió italiano.

En 1575 Gonzaga fue nombrado virrey de Navarra, causa por la cual Herrera regresó a la Península y fijó su residencia en Pamplona.

Cuando Gonzaga pasó a Valencia como virrey en 1579, Herrera trasladó su residencia a la Corte como hombre de máxima confianza de Gonzaga, resolviendo sus cuestiones ante el rey y la Corte.

Simultáneamente Herrera fue ampliando el círculo de sus amistades, estableció contacto con personalidades influyentes a la vez que, paulatinamente, amasaba una pequeña fortuna.

Fruto de este primer matrimonio nació Juana de Herrera, su única hija, que murió en 1587 a temprana edad, tres años después que su madre doña Juana.

Pese a estar considerada una obra independiente, pues como ello fue publicada, es la introducción de sus Décadas, marcando así un patrón muy imitado por los escritores del siglo XX:[4]​ trata el medio geográfico en el más estricto sentido de la palabra, como herramienta de ayuda para comprender la historia que posteriormente publicaría, localizando los lugares principales y ofreciendo la configuración del territorio como marco de operaciones donde tuvieron lugar los hechos.

Tampoco se trata de una historia cuyo objetivo primordial fuera comprender y valorar lo sucedido, sino que fundamentalmente es descriptiva, dejando los juicios personales a un lado, narrando los sucesos y acontecimientos cuyo protagonismo se halla en los castellanos.

Algunos documentos manuscritos de la época, hoy perdidos, se conocen solo gracias a haberlos incluido Herrera en su obra.

Se trató así la primera historia de América que utilizó todas las fuentes históricas disponibles y llegó a constituirse en la primera Historia general de las Indias.

El único que lo intentó sin mucho éxito fue otro cronista, Pedro Fernández del Pulgar, con buena voluntad y tesón, pero con un resultado desalentador, pues su manuscrito permanece inédito en la actualidad.

Por último, la tercera parte fue publicada en Madrid en 1612, y comprende de 1585 a 1598, terminando con la muerte del rey.

Desaparecida iglesia de Santa Marina. Dibujo de Francisco Javier Parcerisa en 1865.
Portada de la Descripción de las Indias en su primera edición de 1601, con grabados iconográficos del pueblo indígena. También aparece el único retrato que existe del autor.
Décadas primera y segunda de la Historia general de Herrera. Primera edición de 1601.
Portada de la Segunda parte de su Historia general del Mundo
Historia de Portugal
Historia de María Estuardo
Comentarios
Historia de la guerra entre turcos y persianos
Batalla espiritual