El primer nomocánon, del siglo VI, se le adscribe a Juan Escolástico, cuyos cánones compila y completa.
Su recopilación en dos partes -una compilación ordenada cronológicamente de cánones sinodales y una revisión del Nomocanon- constituyó y sigue constituyendo la fuente clásica de Derecho eclesiástico antiguo para la Iglesia griega.
Esta colección fue comentada hacia 1170 por Teodoro Balsamón[1], patriarca griego de Antioquía residente en Constantinopla.
Durante los reinados dinastía Nemanjić (1166-1371), los gobernantes del estado medieval serbio no crearon un código de leyes que regulara las relaciones entre el Estado y la Iglesia.
Para superar este problema y organizar el sistema legal, tras adquirir la independencia religiosa, San Sava terminó su Zakonopravilo en 1219.
El Zakonopravilo se sigue utilizando en la Iglesia ortodoxa serbia como código legal superior.