Su importante posición en una Francia que era la nación más importante de Europa, le permitió crear los monumentos más significativos de su período, y marcar la tendencia que tomaría la arquitectura tardobarroca francesa.
La arquitectura francesa extendió su influencia por toda Europa, llegando hasta San Petersburgo, e incluso a Constantinopla.
Cuando Luis XIV trasladó su corte a Versalles, Mansart fue requerido para realizar las obras de ampliación, en 1675.
En la parte de atrás, un camino pavimentado se extiende en la dirección del eje, con parterres a ambos lados, con estanques diseñados por André Le Nôtre.
La mayoría de estas obras se pueden contemplar actualmente, aunque algunas fueron modificadas a lo largo del siglo XIX, como la Plaza Vendôme.