Aparece como héroe, deidad y figura central en el libro Rig-veda (mediados del II milenio a. C.).
[1] Su vajana (vahana: ‘vehículo, montura’) es el elefante Airavata, que representa la nube de la cual Indra hace descargar su lluvia.
Indra hizo penitencias para pedir perdón, y el sabio terminó accediendo a convertir las vulvas en ojos.
Por eso, cuando se entera de que algún humano (como Vishuámitra) realiza muchas austeridades para ganar karma que le permita ascender en una siguiente encarnación y pueda así llegar a ocupar el puesto de Indra, este envía a las prostitutas celestiales, las apsaras (como Urvashí, Rambhá o Menaká) para que lo seduzcan y le hagan perder todo avance místico.
El Brijad-araniaka-upanishad enumera los dioses como los ocho Vasus, los once Rudras, los doce Aditias, Indra y Prayapati Brahmá).
Fue padre —con distintas mujeres— de Áryuna, Yaianta, Midhusa, Nilambara, Kamla, Bhus y Rishabha, entre otros.
Respecto a su relación con otras deidades, Indra mató a los hijos de la diosa Diti, hecho por el cual esta diosa decidió esperar un hijo que fuera más poderoso que Indra y le vengara.