Las placas se forman por una red irregular de agregados fibrilares llamadas fibras amiloides,[11] un plegamiento proteico asociado a otros péptidos como los priones, proteínas patógenas alteradas, que tienen un plegamiento incorrecto.[12] El β-amiloide se forma por la división secuencial del precursor proteico amiloide (APP), una glicoproteína transmembrana con una función indeterminada.En primera instancia el β-amiloide se forma por la acción sucesiva de las secretasas β y γ.Debido a su mayor agregación e insolubilidad el Aβ42 es más abundante en las placas que el Aβ40.Las placas difusas están presentes en el cerebro de personas mayores cuyas capacidades cognitivas están intactas, por el contrario, las placas densas (particularmente aquellas con distrofia en las neuritas) solo se encuentran en pacientes con enfermedad de Alzheimer.Es en la periferia donde se mezclan con neuritas distróficas (procedentes de neuronas, astrocitos y microglía destruidos), que pueden ser tioflavina-S positivas.Las neuritas distróficas asociadas a las placas son la evidencia más notoria de neurotoxicidad inducida por el βA.Además, algunos axones distróficos contienen marcadores de neurotransmisores (acetilcolina, glutamato o GABA).Finalmente, las neuritas distróficas se pueden visualizar con estudios inmunohistoquímicos para ubiquitina y proteínas lisosomales, que nos indica que en ella hay un intento de degradar la acumulación anormal de proteínas y organelos.La “hipótesis del amiloide” propone que las placas son las responsables de causar la EA sin embargo esta teoría, a pesar de tener una gran aceptación en el sector científico, no está completamente fundamentada.[28][29][30] Esta actividad antiagregante se produce sólo a través de una interacción con los dímeros del péptido beta-amiloide soluble.[31] Lo anterior concuerda con los recientes hallazgos en los cuales la privación crónica o excesiva está asociada con el inicio de Alzheimer.