Jean-Édouard Vuillard, hijo de un capitán retirado, pasó su juventud en Cuiseaux (Saona y Loira); en 1878 su familia se trasladó a París en modestas circunstancias.
En el Lycée Condorcet Vuillard conoció a Ker Xavier Roussel (también un futuro pintor y que sería con el tiempo su cuñado), Maurice Denis, el músico Pierre Hermant, el escritor Pierre Véber y Lugné-Poë.
En 1885, Vuillard dejó el Lycée Condorcet y se unió a su amigo íntimo Ker-Xavier Roussel[1] en el taller del pintor Diogène Maillart.
Más tarde compartió taller con otros miembros de los Nabís, Pierre Bonnard y Maurice Denis.
El artista decidió pintar la vida cotidiana, las cosas diarias y simples que quedarían en el olvido.