Bajo la protección del califa omeya cordobés, Hisham II y su poderoso chambelán Almanzor, Ziri se convirtió en rey de las tribus zanatas en el 978-979 y se dispuso inmediatamente a conquistar las tierras marroquíes.
[1] Él y su hermano Muqatil, dirigentes magrava (o Banu Hazar) y considerados los más favorables a los omeyas cordobeses, recibieron preferencia frente a otros caudillos zanata por decisión de Almanzor.
[4] Tras su victoria, se cuenta que envió a Almanzor doscientos caballos de carreras, cincuenta camellos, mil escudos, jirafas, gacelas y otros animales saharianos, así como mil faros de dátiles.
[9] Tras tres meses de escaramuzas y escasos combates durante los que Wadih se hizo con Arcila y Nekor, este logró infligir una dura derrota a las fuerzas de Ibn Attiya en un desfiladero (julio del 998).
[7] Para sellar su victoria y atraer a los jefes tribales aún indecisos, el chambelán envió inmediatamente grandes refuerzos al mando su propio hijo[9] Abd al-Malik al-Muzaffar, que se reunió con Wadih en Tánger.
[7][9] En la batalla, al comienzo equilibrada, un soldado africano apuñaló a Ibn Attiya y le causó un grave herida.
[12] Olvidando su reciente rebelión, impuso el reconocimiento del califato cordobés y rogó a Almanzor que le perdonase.
[12] Le sucedió su hijo Al-Mu'izz al frente de la confederación magrava, que se reconcilió con Almanzor y continuó las campañas contra los sinhaya.