Fue destruido por los elamitas y posteriormente mandado reconstruir por el rey Nabucodonosor II de Babilonia.
Las paredes del exterior están hechas de ladrillos cocidos y como mortero utiliza el betún asfáltico, estando cada pared orientada hacia un punto cardinal.
El acceso al mismo se hacía mediante estrechas escalinatas adosadas a los muros.
Las primeras excavaciones en el lugar se llevaron a cabo por John George Taylor en los próximos años, reconociendo el yacimiento como la ciudad de Ur.
La fachada del nivel más bajo y la escalera monumental fueron reconstruidas bajo el gobierno de Saddam Hussein.