En su introducción, Pirsig explica que, a pesar del título, «no debería en ningún caso ser asociado con ese gran cuerpo de información sobre los hechos relativos a la práctica ortodoxa del budismo zen.
Tampoco es muy literal en lo que respecta a las motocicletas.» El libro suele ser considerado como un icono cultural americano en la literatura.
Los primeros días del viaje los acompañan sus amigos cercanos John y Sylvia Sutherland, de quienes se separan en Montana.
Muchas de estas discusiones están entrelazadas por el yo pasado del propio narrador, a quien se refiere en tercera persona como Phaedrus (Fedro en la traducción al español; nombre tomado del diálogo de Platón).
Hacia el final del libro, la personalidad de Phaedrus comienza a resurgir y el narrador se reconcilia con su pasado.