La escritura creativa ha existido desde que el ser humano comenzó a escribir, desarrollando formas diversas para expresar sus sentimientos y pensamientos.
Suele asociarse el concepto a una definición del escritor Jorge Luis Borges respecto al "oficio de escribir":[2]
La consolidación del término y el desarrollo de programas educativos específicos para enseñar “escritura creativa” son fenómenos relativamente recientes.
Los posibles programas pueden ser bastante variados, comprendiendo aspectos editoriales, de técnicas literarias, sobre géneros, sobre recursos para la inspiración o contra el bloqueo, etcétera.
En los países anglosajones, donde hay más tradición en la asistencia a este tipo de clases, es frecuente encontrar escritores reputados que han pasado por estos procesos formativos, entre otros: Kazuo Ishiguro e Ian McEwan.