Se trataba de jóvenes reconocibles por su ropa inglesa o estadounidense y por compartir su amor al jazz.
Eran jóvenes que expresaban su individualidad llevando ropa grande o estridente (similar a la moda de unos años antes que se conoció como Zoot suit en los Estados Unidos), y bailando libremente swing jazz y bebop.
Durante la ocupación alemana de Francia, el régimen profascista de Vichy, en colaboración con los nazis, impuso una moral ultra-conservadora que reflejó en su legislación, dificultando todo cuanto sirviera a los jóvenes para demostrar inquietud y desencanto.
Sus pantalones eran estrechos, ceñidos en la cintura, y sus corbatas de algodón o lana densa.
Las chicas zazú llevaban el cabello en largos rizos que caían sobre sus hombros, o en trenzas.
Preferían ser rubias, con labios rojo brillante y gafas de sol, que también llevaban algunos chicos zazú.
Les gustaban los restaurantes vegetarianos y tenían pasión por la ensalada de zanahoria rallada.
Una revista fascista comentó sobre los zazú: "Esta es la muestra de Ultra Swing 1941: “el pelo cayendo hasta el cuello, con un tupé cuidadosamente desordenado, bigotito al estilo Clark Gable ... zapatos con suelas extra- gruesas, andares sincopados..." Los zazús se inspiraban directamente en el jazz y el swing.
[3] Los zazús fueron obviamente detestados por los nazis que ya habían diezmado la vanguardia cultural alemana, habían prohibido el jazz y todo aquello que les parecían signos visibles de degeneración de la cultura germánica.
Al igual que en 1870-71, Francia reaccionó a su derrota reformando las instituciones existentes y creando otras nuevas.
Se convirtieron en el enemigo número uno de las organizaciones juveniles fascistas, (Jeunesse Populaire Française).
También se hicieron sospechosos ante la Resistencia Comunista oficial por su carácter apático y porque cuestionaban toda clase de guerras.
También el grupo roquero belga TC Matic trata el tema en los años 80 en su canción "Les zazous".