La principal carretera del municipio es la EX-117, que une Moraleja y Alcántara pasando por Zarza.
Zarza la Mayor tiene un clima mediterráneo Csa[2] (templado con verano seco y caluroso) según la clasificación climática de Köppen.
El pueblo de Zarza la Mayor, tal como se conoce hoy, tiene su origen en la época prehistórica.
Fue durante esta época cuando, debido al ambiente hostil, comenzó a hacerse presente un nuevo tipo de hábitat.
Victoriosa Roma, comenzó un largo periodo de paz y bonanza, durante el cual podemos rastrear los primeros indicios factibles que darán lugar, más tarde, a la fundación de la actual Zarza la Mayor.
A partir de la segunda mitad del i milenio a. C., comienzan a surgir un buen número de poblados debidos al nuevo modelo urbano implantado por Roma.
Es sobre todo la aparición de lápidas y cipos funerarios con caracteres latinos, los que ofrecen interesantes datos sobre este crucial momento.
Los últimos estudios científicos parecen confirmar que esta fue la primitiva y originaria denominación de Zarza la Mayor.
Y esta fue la tónica dominante hasta la entrada en escena de los árabes, ya en el siglo VIII d. C..
La etnia bereber ocupó los antiguos asentamientos romanos, recuperando la tradición ganadera como medio básico en torno al cual giraba la vida rutinaria.
Entre los árabes existieron diferencias internas que provocaron nuevos conflictos bélicos.
Enfrente surge la oligarquía rural, compuesta por hidalgos y labradores enriquecidos, que ven como el antiguo poder medieval frena sus ansias de poder.
El segundo momento estelar acaeció a mediados del siglo XVII, fruto de un nuevo periodo de guerras a las que tan acostumbrados estaban ya sus habitantes.
Debido a su situación, extremadamente fronteriza, Zarza la Mayor sufrió como pocas poblaciones los rigores del conflicto.
Años después, ya sin la defensa de la preciada atalaya, fue fácil para los lusitanos conquistar definitivamente la plaza, aunque no sin haberse defendido cara la posición.
Zarza resurgió de sus cenizas y levantó otra vez casas, iglesias, ermitas, palacios.
La fecha: 1713 Después de todo el periplo negativo no parecía que los zarceños tuvieran ánimos para retomar la antigua grandeza.
Si su cercanía a la frontera les causó antaño grandes males y a punto estuvo de hundir su nombre para siempre en la simas del olvido, fue ahora esa proximidad la excusa perfecta para sentar la esperanza.
Aquel siglo fue el tiempo de grandes cambios que, lamentablemente, no tuvieron eco en la organización social.
La única salida posible a aquella anquilosada estructura, la conocida Desamortización, no consiguió el objetivo deseado y sus efectos resultaron aún más demoledores.
Pero también surgieron nuevos hacendados que trataron, cuando menos, de equiparse a los primeros.
En cambio, el resto de la población se hundía cada vez más en la miseria, abocados a la mendicidad.
Pero el cambio también produjo una fractura total en la sociedad, que llegaba ya muy dividida en dos grandes bloques antagónicos.
Los índices demográficos, que hasta la fecha no habían dejado de ascender, frenaron bruscamente y desde entonces su ritmo decreciente fue constante.
Con los años 1960 y la apertura del régimen a nivel internacional, se notaron ciertos avances.
La luz, el agua corriente y ciertos servicios esenciales se hicieron ya de dominio público.
En este colegio se imparten clases de educación infantil y primaria.
Entre los arquitectos que la diseñaron está Pedro de Ibarra, la obra se terminó en 1588.
En repostería se pueden señalar la cazuela, el bollo cuasimodo, las empanadillas, las perrunillas y los repápalos.