Las leyes de Locros se extendieron a Crotona y Sibaris, en la misma época.
[2] Su legislación era claramente favorable a los aristoi (aristócratas), aunque neutral y conciliadora entre las facciones que los dividían.
Su figura está rodeada de un halo mítico, con lo que no puede determinarse su historicidad.
La ley preveía como castigo cegar ambos ojos; y Zaleuko, que podría haber aprovechado su posición para exonerarle, prefirió distribuir el castigo de forma parcial, mandando cegar un ojo a su hijo y otro a sí mismo.
Tal procedimiento parece que también debía seguirse en el caso de una interpretación debatida.
Polibio de Megalópolis, en Historia universal bajo la República romana (Tomo II, Libro XII, cap.