[5][6] En 2022, Domínguez elaboró una guía para el Ministerio de Consumo destinada a las familias que ayude a elegir juegos y juguetes libres de estereotipos sexistas, donde se explica la diferencia entre sexo y género, así como la importancia del juego en la construcción social de las personas.
[13] En 2010, crea el personaje de Katy Salinas una mujer de 65 años que a través de un blog encarna la obsesión por la belleza llevada al extremo para denunciar el excesivo culto a la belleza al que está sometida esta sociedad y, sobre todo, la mujer.
[14][15] Hola, soy Katy Salinas, tengo 65 años pero no aparento más de 25 gracias a mis cuidados diarios con los que he conseguido permanecer joven y bella[16].
[19] La obra superó el millón de reproducciones en Youtube, ha sido mundialmente difundida en televisión, radio y prensa, y ha estado varias semanas entre los diez mejores vídeos de moda del mundo (Fashion Films).
Voluntarios de Greenpeace vestidos como camareros repartieron 501 botellas con tela vaquera en el interior y con el mensaje “Si tienes vaqueros para qué quieres agua”[21] También creó Esclavas, un colección de prendas realizadas por la diseñadora Sara Ostos diseñadas para exhibir el cuerpo femenino realizadas con Burkas.
Dos realidades tejidas por la misma tela: la sumisión a una mirada masculina y objetificadora, que se torna aún más alarmante cuando deja de ser impuesta para ser asumida como ideal.
[29] En marzo de 2016 realizó para Art Madrid "Total Correction" comisariada por Margarita Aizpuru[30] con las actrices Esther Gimeno y Velilla Valbuena, una performance con la que pretende subvertir el mensaje con el que la industria de belleza y cosmética nos bombardea continuamente para hacernos creer que somos imperfectos.
La acción también se desarrolló en redes sociales a través del hashtag #estamosaquí visibilizando a artistas de diferentes puntos de España que no pudieron estar físicamente en la feria, así como estudiantes de Bellas Artes, historiadoras y gestoras culturales.
Domínguez recreó el personaje del machismo, un hombre vestido de marrón, que se presenta a otros hombres diciendo “Hola, tú ya me conoces: soy tu machismo”.
Ante este inesperado encuentro la mayoría niega conocerle: “yo no soy machista”, “eso es cosa del pasado”, “yo respeto a las mujeres” son las respuestas más habituales.
Además, las participantes pudieron expresar sus quejas con la industria que solo las contactan para hacer papeles “madres y abuelas” pero nunca de “mujeres independientes” y mucho menos “seductoras”.