Yawara-Jitsu

Su traducción moderna es Defensa Personal Científica, y está[1]​ registrado por su fundador, el Gran Maestro Miguel Pérez Carrillo.

Existe cierta confusión, ya que el antiguo Yawara no llevaba el sufijo "jitsu".

Yawara-Jitsu tiene una variante para disminuidos físicos y sensoriales, llamada con el acrónimo DISFISEN.

Para conseguir este reflejo, el Yawara-Jitsu se enseña de forma progresiva y racional, enseñando primero lo más sencillo -agresiones que se realizan de frente con una mano o pierna- y asentando las bases para la defensa en situaciones complicadas -varios atacantes, y/o atacantes armados-.

En la actualidad (2009) la federación cuenta con un total de 8 maestros internacionales, 3 nacionales, 4 regionales y 22 provinciales.

Para todas las técnicas se tienen en cuenta las variantes realizables en la realidad, en las que el atacante puede no llevar una chaqueta y pantalón los suficientemente consistentes para realizar un desequilibrio y sujeción ortodoxas, o en las que la propia movilidad se ve reducida tanto por la vestimenta propia, como por la existencia de impedimentos físicos (paredes, mobiliario, más gente, suelos resbalosos o irregulares).

El Yawara-Jitsu, como arte orientado a la defensa, se aprovecha de todas las herramientas disponibles para repeler los ataques.

Los puntos esenciales para ejecutar el kata son los de concentración, tensión, y Kiai.

Entre los pasos se adoptan las postura básicas, que realizadas correctamente confieren la estabilidad necesaria para efectuar cualquier movimiento con fluidez y potencia.

En los katas superiores predominan los golpes, aunque también se combinan técnicas de proyección, barrido y luxación.

El combate total, al igual que los katas y la defensa personal, se realiza con el uniforme reglamentario.

Las protecciones para el primer periodo son: coderas, antebrazos y guantes cerrados tipo boxeo, en los brazos.

Los diferentes niveles básicos se representan con los cinturones blanco, amarillo, naranja, verde, azul, y marrón.

Una vez alcanzado el cinturón negro el programa se complica y diversifica para permitir al instructor seguir progresando.

Asimismo, y para enriquecimiento del propio arte marcial, se exige el desarrollo de nuevas técnicas en los danes superiores.