Yasuko Namba

Namba trabajaba para Federal Express en Japón, pero el montañismo, como pasatiempo, la llevó a recorrer todo el mundo.

Después de auxiliar a varias personas, regresó una última vez por Sandy Pittman y Tim Madsen.

Hutchinson los localizó en un terrible estado – sin posibilidades de vivir lo suficiente como para ser llevados al campamento base – y tomó la decisión de dejarlos atrás para economizar los limitados recursos para los demás escaladores.

En el libro de Jon Krakauer, Into Thin Air, se relata la angustia de Neal Beidleman, que se sentía culpable al no haber podido hacer algo más para rescatar a Namba.

Ese mismo año, su esposo financió una operación para bajar el cuerpo de la montaña.