Anatoli Bukréyev

Se muda a Kazajistán para estar más cerca de las grandes cimas, y durante mucho tiempo vivió en un sovjoz.

En 1989, entra en la segunda expedición soviética al Himalaya, que recorrió por primera vez en una travesía las cuatro cimas principales del Kangchenjunga.

En 1990, recibió una invitación de los Estados Unidos para subir a la cima del monte McKinley, en Alaska (repetiría en 1993).

Se le asignó el título honorífico de “Maestro del Deporte” (мастера спорта CCCP-1991).

Cuando no era así, lo hacía trabajando como guía y consultor de expediciones internacionales.

En el mes siguiente otras cuatro personas murieron como consecuencia de la lesiones producidas ese día.

Bukréyev era el escalador guía responsable de la expedición "Mountain Madness" dirigida por Scott Fischer.

Bukréyev, que escalaba sin oxígeno, volvió rápidamente al campamento IV para reponer fuerzas y coger suministros.

Scott Fischer, extenuado por la subida, no consiguió volver al campamento base.

[5]​ El periodista estadounidense Jon Krakauer recogió su versión de los hechos acaecidos aquel día en el artículo "Into thin air", publicado en Outside online[7]​ y después lo ampliaría en un libro homónimo, titulado en español Mal de altura.

[8]​ Para defenderse, Bukréyev puso en manos del escritor Gary Weston DeWalt sus diarios de expedición, notas personales y cartas.

[9]​ En el libro se narra que otro escalador se encontró a Krakauer totalmente exhausto y lo vio a punto de despeñarse en un tramo sin cuerda fija entre el "escalón de Hillary" y la cumbre Sur.

Afortunadamente, Moro quedó cerca de la superficie y se las arregló para desenterrarse.

Había esperanzas de que Bukréyev y Sobolev hubieran logrado llegar allí por sus propios medios.