A pesar de haber sido un caudillo provincial, sirvió con lealtad a Chiang Kai-shek y al Gobierno del Kuomintang (KMT), especialmente durante la segunda guerra sino-japonesa.
Fue un reconocido maestro Taoísta y tuvo numerosas esposas, concubinas e hijos.
El General Yang conoció personalmente al Maestro Taoísta Li Ching-Yuen y se convirtió en su discípulo, practicando sus enseñanzas hasta el final de su vida.
", describiendo la apariencia de Li Ching Yuen: "Posee buena vista; mide siete pies, tiene uñas muy largas y una complexión fuerte."
Su estudiante Stuart Alve Olson escribió en 2002 el libro "Las enseñanzas Qigong de un Taoísta inmortal: Los ochos ejercicios esenciales del Maestro Li Ching-Yun", tomando el reporte del General Yang como referencia.