Yacumama

La Yacumama "Madre del Agua" (del quechua yaku, agua y mama, madre)[1]​ y que al igual que la voz tucumana designa a un ofidio gigantesco en América meridional, exactamente en Ecuador y Perú,[2]​ es una criatura mitológica de características acuáticas.

[3]​ Algunas versiones de la leyenda indican que Yacumama actuaría como protectora de las fuentes de agua, o como un espíritu protector del Amazonas, pero se le describe como una fuerza natural arrolladora, que caza durante las lluvias y cuyo estruendo se puede escuchar de lejos; cuando se desplaza fuera del agua deja marcados largos senderos en la selva, debido a su colosal tamaño, con árboles derribados a su paso.

Sin embargo, cuando alcanza cierto tamaño le es muy difícil moverse, por lo que opta por despejar un claro de la selva al pie del río, donde se mantiene a la espera de la llegada de presas, a las cuales hipnotiza con sus penetrantes ojos para poderlas cazar.

Otras variedades del mito alrededor de las anacondas gigantes en la misma zona amazónica se refieren a la Sachamama (voz quechua que quiere decir Madre monte), una descomunal culebra negra muy lenta, sobre la que crece el musgo por su inmovilidad, o el Cotomashaco, una extraña y gigante boa constrictor de dos cabezas que se agazapa en los árboles; la Boyuna o cobra negra, relacionada con los ríos y la navegación así como con el origen de la noche, o la brasileña sucuriju o sucuri,[6]​ una descomunal anaconda de más de 40 metros que sería la responsable del origen del río Amazonas.

En Chile y en Argentina también hay leyendas similares que se refieren a la Amapalagua o Lampalagua, una poderosa boa que puede otorgar su fuerza e hipnotizar a quien la mire, así como en Argentina también conocen la Yacumama como Madre del Agua, pero que se presenta con la forma de una atractiva mujer rubia en los ríos.

Yacumama
Yacumama
Yacumama
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