Yacimiento arqueológico de Doña Blanca

Destacan, entre otros contenidos, una de las bodegas más antiguas del mundo, conservada en su totalidad.

Los restos más antiguos encontrados en este enclave se fechan, en una fase tardía de la Edad del Cobre, hacia finales del III milenio a. C. A este momento pertenecen algunos fondos de cabañas dispersas que se adaptan a la topografía original del terreno.

El yacimiento vuelve a quedar abandonado desde finales del siglo III a. C. hasta época medieval islámica, momento en el que se estableció una alquería almohade (siglo XII).

El recorrido de las visitas tiene un trazado circular, aproximadamente 1600 m de recorrido, que discurre por la parte superior del cerro y nos conduce por distintas zonas del enclave.

Por lo tanto, la colina que conforma el yacimiento es artificial y se ha creado por esta acumulación de sedimentos y estructuras arquitectónicas; en arqueología estas colinas artificiales se denominan tell.

En ella se puede contemplar un conjunto de viviendas y edificaciones datadas en el siglo IV y siglo III a. C. que nos han permitido conocer el urbanismo de esta fase.

El pavimento está formado por arcilla apisonada, fragmentos cerámicos y pequeñas piedras.

Junto a las viviendas existen otras estancias con piletas y hornos, que se han relacionado con la fabricación de vino, y que constituyen, al parecer, la bodega más antigua de occidente.

[22]​ Este vino era de difícil acceso (sólo para las clases altas) y se usaba en rituales relacionados con las deidades.

Las viviendas se disponen en terrazas artificiales, dispuestas aprovechando la pendiente natural del terreno.

En el siglo V a. C. se dotó a la ciudad de una nueva muralla que solo en parte re-aprovechaba la anterior.

[4]​ En 2017 se identificaron varias estructuras anexas a las excavadas, actualmente mediante el uso de un georradar portátil y un stream X multicanal.

Castillo de doña Blanca, que da nombre al yacimiento
Entorno del yacimiento en época antigua
Castillo desde la Sierra de San Cristóbal