Calendario mexica

La esencia de los días vista como una sucesión continua es nombrada ilhuitl, en donde está implícito lo recurrente (asociado a iloa, "regresar, volver") y el sentido de celebración, por lo que esta misma palabra se traduce como fiesta.[3]​ Aunque técnicamente diferentes los dos términos anteriores, suelen usarse indistintamente como sinónimos, y aún más, se combinan en expresiones más categóricas, como en cemilhuitonalli (cem-ilhui-tonalli), que sirve para expresar fechas de la cuenta adivinatoria, el cual tiene otro sinónimo que es cemilhuitlapohualli, aunque este último tiene otro sentido etimológico.Para la cuenta anual, se agrupa en veintenas (cempohualilhuitl), formando así el ciclo de las fiestas, las cempohuallapohualli.También es bastante usual encontrar en las crónicas la comparación de las trecenas como un “sistema semanal”, lo cual también es una deformación interpretativa.Es decir, a partir de un punto dado entre ambas cuentas, se producía un gran ciclo.Igualmente cada 104 años, los tres astros, el Sol, la Luna y Venus tomaban casi la misma posición que al inicio de las observaciones.Para referirse al año como conjunto ceremonial de fiestas se usó la expresión "cuenta de las veintenas", que en náhuatl era cempohuallapohualli, que sería el nombre más propio para llamar a la cuenta anual.El año estaba dividido en 18 veintenas llamadas cempohuallapohualli,[8]​ al final de las cuales se contaban otros cinco días, llamados nemontemi (“los que acompletan en vano”), para completar el ciclo de 365 días.La influencia generada por la divinidad establecía una interpretación, pero esta no era tan sencilla, debido a que se combinaba con la acción de otras entidades; principalmente entraban en composición cuatro aspectos: Así, tomando de ejemplo el día 1-ocelotl, encontramos que era regido por Tlahzolteotl, Quetzalcohuatl, Xiuhteuctli y Mictlanteuctli.La otra ceremonia más oculta se celebraba directamente a Xiuhteuctli en el último día de la veintena.Otro aspecto relevante es que las fuentes nahuas no mencionan agrupaciones o ciclos mayores a 104 años.De ahí que en el calendario tradicional se nombre al año 2020 como chicueyi-tecpatl (8-pedernal).El estudio y registro del calendario ha pasado por varias etapas, esto es algo bastante relevante que pocas veces se considera.Entre los mexicas este conocimiento no era general, sólo unos pocos sacerdotales se especializaban en su aplicación, en las crónicas virreinales son llamados tonalpouhqui Su trabajo consistía en predecir la fortuna ya fuera la de un recién nacido o el inicio de una actividad como una campaña militar.De este periodo propiamente tenemos pocos ejemplos debido a que la mayoría se perdió.Estos jóvenes en realidad eran niños entre los diez y los doce años que habían nacido después de la conquista, su inmersión es absoluta en una educación monástica a partir de 1536 cuando formalmente es inaugurado el colegio, las enseñanzas los convertirían en hábiles escribanos trilingües con lo que logran conseguir puestos públicos y cierta notoriedad.Estos documentos recopilan información indígena, pero los misioneros escriben sólo aquello de su interés, por lo que las descripciones contienen una fuerte influencia cristiana.En 1792 Antonio de León y Gama aplica una nueva metodología consistente en hacer razonamientos más precisos desde las matemáticas y la astronomía, extrae datos de las fuentes para formar una secuencia alterna, pero coherente, a la vez que hace una revisión historiográfica casi moderna.Durante el siglo XX con la recuperación y publicación de muchas crónicas antiguas, fue posible replantear un panorama más claro.Esto ha sido un defecto de la historiografía moderna, ya que como vemos, al abarcar todas las etapas las mezcla obteniendo una visión distorsionada, sin embargo, al concentrarnos en las fuentes del siglo XVI es posible tener una imagen más clara y precisa de los procesos y conocer las tradiciones originales.Estas fechas se han tomado como piedra roseta para entender el calendario, pero sin profundizar en su origen.Por otra parte, los cronistas tardíos e historiadores posteriores ofrecen versiones que claramente se marcan como "repeticiones".En realidad todos los modelos históricos a final de cuentas, no han quedado más que en "propuesta".Su estudio debería guiarnos a establecer una nueva metodología para entenderlo internamente y establecer académicamente sus usos, es decir, para qué nos sirve tener una correlación que corresponde a todo un complejo cultural distinto y ajeno al actual.Durante los años 20's y 30's surge una generación de investigadores, todos formados en las nuevas ciencias sociales, que con muchas deficiencias metodológicas, comienzan a reescribir la historia.Así, por ejemplo, la comparación con los sistemas cronológicos usados en el área maya, los cuales sufrieron adaptaciones y modificaciones y que incluso, en la actualidad aún carecen de un consenso en cuanto a su correspondiente con el sistema europeo.Sin embargo, es conveniente comentar, que en realidad el trabajo de Tena es "conductivo".A partir de los años noventa se incrementan las inferencias realizadas desde la arqueoastronomía, ciencia que en ocasiones es mal comprendida.Esta vertiginosa carrera tuvo una pausa ante la visión de Hanns Prem (2008), ya en el siglo XXI, quien había trabajado desde los ochenta buscando una mayor comprensión, como sería lo más lógico, estudiando y analizando la documentación original, enfocándose en comprenderla antes de arrancarle datos.A tal grado llegan las investigaciones interdisciplinarias y propositivas, que incluso llegan a plantear todo un nuevo sistema de funcionamiento del calendario, sorprendentemente una de las figuras más prominente en temas de cultura nahuatl, Patrick Johansson, ofrece una reconstrucción totalmente personal,[27]​ la cual muestra una incomprensión absoluta de las bases más mínimas y básicas del funcionamiento del calendario nahua, proponiendo que los antiguos nahuas hacían ajustes cada 72 años y que la veintena inicial del año era rotatoria, con lo que en lugar de ayudar al entendimiento, desorienta y creará más escisiones en el futuro.
Calendario circular incluido en la "Descripción de Tlaxcala" de Muñoz Camargo
Calendario realizado por Francisco de las Navas donde aparecen las veintenas.
Imagen que describe los rituales durante la primera veintena; atl cahualo. Primeros memoriales , folio 1r.
Una trecena tal como aparecen en algunos tonalamatl (códices). Códice borbónico, lámina 15.
Secuencia de los veinte signos con sus regentes y aspectos definitorios, láminas 9 al 13, Códice Borgia .
Piedra del Sol . Aunque es más conocida con el nombre de Calendario Azteca, se trata de una representación profusa de Tonatiuh , a quien se vincula con el Quinto Sol . El nombre calendario se le dio debido a la representación de los glifos de los días que rodean la cara de Tonatiuh.
La piedra de los 5 soles tiene inscrito en la parte superior central el símbolo Ce cipactli ("Uno cocodrilo") y en la parte inferior central el símbolo Mahtlactli once acatl xihuitl ("Año once carrizo"), refiriéndose al año 1503. Esta fecha es equivalente al 15 de julio de 1503, y se piensa que éste fue el día en el que Moctezuma Xocoyotzin fue coronado como el Huey Tlatoani de Tenochtitlán .
Imagen de Venus como aparece en los códices del grupo Borgia .
Láminas 80-84 del Códice Vaticano B que muestran los cinco periodos de influencia de Tlahuizcalpanteuctli-Venus.