La caballería polaca no logró resistir a las tácticas Blitzkrieg alemanas, tanques e infantería motorizada, y las fuerzas polacas se vieron obligadas a retirarse hacia el este.
En esta época, muchos hombres y mujeres no aptos para el combate fueron enviados a Inglaterra, donde varios de ellos permanecerían una vez terminada la guerra.
Anders y el II Cuerpo de Ejército polaco que había formado recibieron instrucción militar en Oriente Medio por parte del Ejército británico, concretamente en Palestina, participando en algunas operaciones militares durante la Campaña en África del Norte.
Anders, sin embargo, no tenía muchas intenciones de volver a una Polonia dominada por los soviéticos, así que permaneció exiliado en Inglaterra.
Una vez terminada la guerra, el general Anders pasó largos periodos estivales en España, junto con su gran amigo el marqués de Mura.