En 1804, invirtiendo sus propios recursos económicos, empezó a experimentar con cohetes en Woolwich.
[4] Nombrado caballerizo real en 1811, disfrutó de la amistad del Príncipe Regente (el después rey Jorge IV, coronado en 1820), quien apoyaba sus proyectos sobre los cohetes.
[2] En 1818 regresó al Parlamento como representante de Plymouth, cargo que conservó hasta su muerte.
Fue procesado en ausencia, concluyendo la sentencia del Lord Canciller (emitida poco antes de la muerte de Congreve) que la transacción era 'claramente fraudlenta' y diseñada para beneficiar a Congreve y a otros.
[5] En las batallas de Seringapatam en 1792 y 1799 estos cohetes fueron utilizados con efectos considerables contra los británicos.
[7] Varias carcasas de cohete se recogieron en Mysore y fueron enviadas a Gran Bretaña para su análisis.
Tras completar su trabajo de desarrollo, se fabricaron los cohetes en gran cantidad más al norte, en el cercano Waltham Abbey (Essex).
Consideró su trabajo lo suficientemente adelantado como para involucrarse en dos ataques de la Marina Real Británica contra la flota francesa en Boulogne (Francia), en aquel año y en el siguiente.
En 1807, Congreve y dieciséis empleados civiles del Ordnance Departament estuvieron presentes en el Bombardeo de Copenhague, en el que 300 cohetes contribuyeron al incendio de la ciudad.
Estos cohetes se mantuvieron en el arsenal del Reino Unido hasta la década de 1850.
(Su padre, sir William Congreve también había ocupado el mismo puesto.)