[2] Asumió el mando de sus posesiones siendo aún un niño, cuando su padre fue asesinado en 1111, lo que lo obligó a permanecer alejado de los desórdenes políticos de la época.
[3] En 1166 acompañó al emperador Federico I Barbarroja en su expedición a Italia, como parte de las luchas contra las comunas italianas, por la sucesión de Guillermo I de Sicilia y las continuas luchas entre aspirantes al papado.
El combate más importante de esa campaña fue la batalla de Monte Porzio, en la que las tropas de Federico —entre ellos Werner y sus hombres— obtuvieron una victoria resonante, que les permitiría capturar Roma días más tarde.
[4] Sin embargo, Werner fue víctima de una epidemia, muriendo en Tusculum en noviembre de ese año.
[3] A su muerte, sus posesiones y títulos pasaron a su hijo Alberto III; tuvo también una hija, llamada Richenza, que se casó con el conde de Pfirt, y un hijo sacerdote, Otto, que un año antes de su muerte había sido nombrado obispo de Constanza.