Werner Egk

Egk fue un representante del neoclasicismo alemán y de la música moderna para el teatro.

En 1908 la familia se trasladó a Augsburgo, capital de Suabia y ciudad universitaria, a unos 40 km del pueblo natal, donde el joven Werner asistió desde 1911 al Gymnasium de St.

Stephan, debió decidir su futuro: su padre quería que ingresase en el servicio de correos, pero él, dotado por igual para la música que para la pintura, optó por la primera.

Aquí empezó a componer pequeñas canciones para las que uso poemas de Hofmannsthal, Rilke y Franz Werfel.

El 27 de mayo del año siguiente nació su hijo único Titus.

En la primavera de 1925 padeció una grave enfermedad y ese verano pasó la convalecencia en Italia, primero en Portofino, luego desde septiembre en Rapallo y desde primeros de 1926 en Cavi di Lavagna.

En julio trabajó con el teatro de marionetas «Marionettentheater Münchner Künstler» y compuso para ellos la obra, Wasif und Akif (1928).

Residente en Locham, Múnich, desde 1931, se unió a un grupo de músicos encabezados por Carl Orff, como Fritz Büchteger y Karl Marx y fundaron la «Asociación de música contemporánea» («Vereinigung für Zeitgenössische Musik»).

Ese año Egk completo el oratorio Furchtlosigkeit und Wohlwollen («Intrepidez y benevolencia», 1931, rev.

1959), que fue representado y contó con la producción de Hermann Scherchen con no muy buenas críticas.

Con el ascenso de los nazis al poder en 1933, Scherchenn se marcha a Winterthur y pese a que Egk lo visitó en alguna ocasión, el contacto entre ambos se fue perdiendo.

En 1934, tras acabar su contrato como compositor libre con la Radio Bávara, abordó su siguiente obra, esta vez una ópera para la escena, Die Zaubergeige, («El violín mágico») que fue estrenada el 22 de mayo de 1935 en Fráncfort del Meno con gran éxito y que se convirtió en una de las óperas más populares de Alemania en los años siguientes —fue programada en Hannover, Mannheim, Hamburgo, Halle, Coburg, Krefeld y Nuremberg—.

Influenciado por las canciones tradicionales bávaras, compuso una música de naturaleza diatónica que compaginaba bien con las directrices estéticas prescritas por Joseph Goebbels para la Reichsmusikkammer.

No a todos gustó ya que Paul Hindemith lo calificó de repulsivo en su mayor grado.

«Las más tontas melodías de danzas populares y armonías con unas pocas disonancias».

Tras el estreno Egk fue objeto de ataques políticos en la prensa del partido y gracias a que el propio Adolf Hitler asistió a una representación, y parece aprobó la obra, se le permitió seguir.

En 1939 se programó otra nueva representación de Peer Gynt en los «Días del Festival musical del Reich» en Düsseldof, por intercesión de Tietjen, pero luego la obra no volvió a ser repuesta.

La obra se representó en el París ocupado entre 1942 y 1944 unas treinta veces.

Algunas críticas firmadas por Henri Sauguet o Emile Vuillermoz fueron buenas, pero conviene no olvidar que se producían en un París ocupado.

Ese año dirigió como director invitado en Berlín Este, Viena, Stuttgart, Augsburgo y París.

A partir de 1970, en la última etapa de su vida, Egk compuso fundamentalmente obras instrumentales, siendo las más destacadas la Second Orchestral Sonata (1969), Divertissement for ten wind instruments (1974) y Five Pieces for Wind Quintet (1975).

Por expreso deseo suyo, fue enterrado en el cementerio municipal de Donauwörth, junto a su mujer.