Un día la curiosidad lleva a Sebastiana a salir de su comunidad y adentrarse al desconocido, prohibido y vecino pueblo de los aymaras, un pueblo que tiempo atrás los había sometido al aislamiento.
En ese pueblo conoce a un niño aimara de nombre Jesús quien le ofrece alimentos y al poco tiempo entablan una amistad.
Luego ambos deciden volver pero tras el esfuerzo hecho el Abuelo cae y le pide a su nieta que lo deje, rápidamente Sebastiana busca ayuda, pero llega demasiado tarde cuando el anciano ya fallece.
[3][4] En 1929 habían presentado la primera película boliviana llamada Wara Wara, le sucedieron muchos intentos de Cine y Documentales mudos, pero con la llegada del sonido que se incorporó al cine, la actividad prácticamente desapareció en Bolivia, por la dificultad de la técnica, pues los equipos y medios eran demasiado costosos para la época.
Son ellos los que trabajaron durante mucho tiempo con dificultades y gran esfuerzo en la técnica hasta que consiguen su primer premio internacional en el festival de Uruguay en 1959 por su cortometraje Vuelve Sebastiana el cual es el primer film boliviano en ganar la categoría "Film Etnográfico Folclórico".