[4] Al principio se pensaba que únicamente las arañas jóvenes, ligeras, ejercían este método, pero posteriormente se ha observado que también lo realizan algunos machos pequeños[5] e incluso algunas hembras de hasta 1 cm de longitud.
[8], [9] En su diario, el mismo Darwin hace referencia a J. Blackwall, otro naturalista que observó este comportamiento.
Tente: no te lances A la región del viento, Ni pongas tu existencia En conocido riesgo.
Según este métodoː Otro mecanismo de fabricar el aparato volador es el siguiente: La araña se encarama a un saliente y desde allí alza la parte posterior de su abdomen para, con la más ligera brisa o corriente ascendente, liberar la seda hasta crear un hilo que proporcione la suficiente sustentación.
Un momento adecuado es un día soleado con ligera brisa, tras un periodo húmedo y frío.
Sin embargo, otras sobrevivirán a su aventura e invadirán nuevos hábitats.
Como ejemplo, siete meses después de la explosión del volcán Krakatoa, en 1883, el científico belga Edmond Cotteau lo único vivo que encontró en la devastada isla fue una araña tejiendo su telaraña.