Por sugerencia del controlador de tráfico aéreo, pusieron rumbo al sur para esperar sobrevolando la ciudad de Quilmes, creyendo que allí el clima estaría más tranquilo y que el temporal cesaría rápido.
[3] Hacia allí se dirigieron los rescatistas, con la esperanza de encontrar sobrevivientes, pero sus esfuerzos fueron inútiles.
[4] A partir de esta grabación se pudieron aproximar las posiciones del avión a diferentes horas, su evolución (o derrota) y las condiciones meteorológicas reinantes en aquellos lugares por donde transitaba, sobre la base de los reportes del piloto.
La decisión final sobre el aterrizaje por causas meteorológicas recae exclusivamente sobre el comandante de la aeronave, el controlador solamente puede suministrarle información, y no es procedente que le 'sugiera' o le indique que realice un escape por causas ajenas al tráfico aéreo.
987023,[5] concluyendo que el piloto subestimó la peligrosidad de la tormenta y decidió atravesarla.
La razón del asesinato, según Federico, estaba relacionada con Papel Prensa, una empresa monopólica del papel para periódicos, en la que convivían los militares con los principales periódicos argentinos, denunciada por graves violaciones de derechos humanos.
Durante la investigación se buscaron trazas de explosivos en los restos, no encontrándose ninguna.