Vuelo 231 de Aviaco
El avión durante su aproximación experimentó un viento en cola de 11kt y abundante lluvia.[1] Sobre las 20:20 horas y durante la fase final del aterrizaje, en la maniobra conocida como la recogida, el tren de aterrizaje del avión golpeó la pista con mucha fuerza, llegándose a experimentar una fuerza g vertical negativa de 4.49g,[2] por lo que el avión reventó todas sus ruedas del tren principal, tras ese primer rebote, el avión se elevó de nuevo al aire y recorrió 360 metros[3] horizontalmente para volver a caer de nuevo sobre la pista con fuerza, experimentando otra fuerte desaceleración, esta vez de 4.79g,[2] como consecuencia de este choque, su fuselaje se quebró en dos partes sin llegar a romperse en ese momento.Mientras el avión se arrastraba por la pista con velocidad, viró a un lado, rompiéndose por completo el fuselaje y quedando este separado en dos piezas a unos 100 metros de distancia una de la otra.[4][6] Como se recogen en las declaraciones del director de operaciones de Aviaco,[7] la causa más probable del accidente fue el mal tiempo presente durante el aterrizaje, fuertes vientos, con cizalladura y lluvia.[8][7] El fuselaje del McDonnell Douglas DC-9 accidentado de Aviaco, tras el accidente, fue retirado del Aeropuerto de Granada y abandonado en un desguace, hasta que el escultor Eduardo Cajal lo encontró.