El proyecto se desarrolló bajo la dirección del Ingeniero Jefe Holger Bock, por encargo directo de Ferdinand Piëch.
El XL1 se ha optimizado agresivamente para la eficiencia en todas las áreas de su diseño y tecnología.
[1] Frente a los predecesores, aunque con unas líneas semejantes, destaca la gran anchura general del coche, para albergar un habitáculo con dos ocupantes situados en paralelo.
Son también elementos distintivos la ausencia de calandra para el radiador (la refrigeración del motor diésel se realiza con tomas desde el suelo del vehículo), la ausencia de retrovisores, las ruedas posteriores completamente cubiertas por la carrocería.
[6] Los neumáticos están optimizados para tener una baja resistencia a la rodadura.
[6] Los asientos no se encuentran alienados para reducir la anchura del coche.
[6] Las ruedas traseras están completamente cubiertas para producir un flujo de aire uniforme y menos turbulencias.
El flujo de aire es más suave y no presenta las turbulencias producidas por los retrovisores convencionales.
El motor está fabricado con tolerancias muy bajas para reducir las pérdidas por fricción.
[1] El sistema de refrigeración está diseñado para la máxima eficiencia.
[1] Tiene neumáticos con muy baja resistencia a la rodadura Michelin 115/80/15 delante y 145/55 R16 detrás.
[6] En el modo solo eléctrico necesita menos de 0.1 kWh para recorrer pipim según el ciclo NEDC.
Un botón de encendido en la parte baja a la derecha del volante.
En el centro una pantalla multifuncional, sirve como ordenador de a bordo, mostrando la información sobre los flujos energéticos del sistema híbrido, como pantalla retrovisora mostrando imágenes que recogen las cámaras digitales, situadas en los flancos de la carrocería y como sistema de navegación.
Se ha habilitado además un mando EV para forzar el funcionamiento eléctrico siempre que sea posible.