Virginia Satir

Los doctores lograron salvarle la vida, pero Satir fue forzada a quedarse en el hospital varios meses.Los años en secundaria coincidieron con la gran depresión, y para ayudar a su familia tomó un empleo de medio tiempo y además asistió a tantos cursos como fuese posible para graduarse lo más pronto posible.El siguiente año se convirtió en una educadora viajante, trabajando en Ann Arbor (en Míchigan), Shreveport (en Luisiana) y en Miami (Florida).El instituto recibió una subvención del NIHM en 1962, permitiéndoles comenzar el primer programa formal de entrenamiento en terapia familiar jamás ofrecido.[5]​ Satir también ofreció propuestas acerca de los problemas particulares generados por baja autoestima en las relaciones.Todo su trabajo fue hecho bajo el concepto del "volverse más plenamente humano".