Vinoterapia

La vinoterapia nació con el auge del llamado turismo enológico.

Una sesión de vinoterapia comienza con una exfoliación para preparar la piel y dilatar los poros, con la finalidad de que el vino penetre mejor durante la envoltura.

En la sesión se incluye un masaje con el fin de relajar la tensión muscular.

Posteriormente se aplica el vino, basándose supuestamente en sus diferentes propiedades según su procedencia regional.

Los más utilizados son lambrusco, chianti, rioja, burdeos, valdepeñas, jumilla y otros, dependiendo de la zona vinícola en la que tenga lugar la sesión.